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Pónganse a trabajar
Por: Ing. Jesús Herrera Rábago
Uno de los problemas más graves en México y en todo el mundo, así como en las organizaciones y hasta en las familias, es cuando las personas se extralimitan de sus funciones o de lo que la ley les faculta.
En días pasados el Congreso del Estado, a través de un punto de acuerdo, declararon “a los ciudadanos Pedro Salmerón Sanginés y Gerardo Fernández Noroña, “Personas non gratas” para el Estado de Nuevo León, por el desafortunado e indignante comentario de calificar como “jóvenes valientes” a los cobardes asesinos de Don Eugenio Garza Sada, en tanto no ofrezca una disculpa pública y se retracte de sus comentarios”.
Independientemente de lo controversial y polémico que puede ser el tema, donde se pueden dar comentarios de todo tipo, a favor o en contra, el tema central es que el Congreso no tiene la facultad de declarar no grata a una persona, ese proceso corresponde a un país y después de realizar un juicio por parte de la Secretaría de Relaciones exteriores.
Es vergonzoso que el poder legislativo de uno de los estados con más progreso de México, tenga ese nivel de legisladores, que utilizan la tribuna para llamar la atención o subirse a cualquier tema con tal de ganar algo de popularidad.
Por lo mismo, el diputado Gerardo Fernández Noroña pidió un amparo contra este acto oficial del Congreso e inmediatamente se lo concedieron, basado en los artículos 125 y 126 de la Ley de Amparo, el juez declaró: “(…) se concede la suspensión de plano, para el efecto de que las cosas se mantengan en el estado que se encuentran y las autoridades responsables se abstengan de llevar a cabo actos que puedan privar ilegalmente de la libertad a los quejosos (Fernández Noroña y Salmerón Sanginés), fuera de procedimiento judicial, o bien impedir el libre tránsito dentro del estado de Nuevo León, o en uno diverso, con motivo del acto reclamado, es decir el acuerdo que los declaró personas non gratas”.
En pocas palabra el juez dice que su acuerdo sirve para dos cosas: “para nada y para nada”, y con esto se demuestra la ignorancia legal que se maneja nuestro Congreso; o si fuera el caso de que supieran que era improcedente y aun así lo aprobaron, esto comprobaría el mal uso de la máxima Tribuna del Estado que hacen estos pseudo-legisladores para tratar “grilla barata”.
Habiendo tantos temas importantes y urgentes para sacar adelante a nuestro Estado, los diputados se la pasan haciendo el ridículo con este tipo de acuerdos y exhortos que terminan en el bote de la basura.
Así las cosas, ahora Fernández Noroña tiene razón en pedir una disculpa por parte del Congreso, y de paso deberían pedir disculpas al pueblo de Nuevo León por la “bajeza política” con que se manejan. Además, por si fuera poco, Don Eugenio no necesita que lo defiendan, su vida y su legado son incuestionables, hasta me atrevo a decir que si viviera les diría: pónganse a trabajar en lugar de estar perdiendo el tiempo.
Esta es mi opinión, usted tiene La Última Palabra.