Cadereyta Jiménez, N.L.- En las instalaciones del Banco del Bienestar ubicado en la Colonia López Mateos de esta ciudad, se ven cada día diferentes historias de vida que conmueven hasta al más indolente ser humano.

Los beneficiarios del Programa 65 y más entre otros muchos programas sociales del Gobierno Federal, a veces son víctimas de su misma familia o conocidos que suelen aprovecharse de su condición.

En el Banco del Bienestar de Cadereyta nos tocó presenciar un hecho que lleva a la reflexión: un familiar de uno de los beneficiarios, se presentó a cobrar con la tarjeta de su familiar y el número de nip de su tarjeta no funcionó. Amablemente el empleado que atiende en la Institución Bancaria le indicó que tendría que venir el propio beneficiario, informándole su familiar que su condición física se lo impedía. Le explicó con mucha paciencia el empleado al familiar, los riesgos que se corren al permitir que terceros hagan uso de las tarjetas del Programa. El familiar comprendió el riesgo de confiar en la palabra de cualquier persona que se dice enviada por el beneficiario.

Finalmente consiguió el familiar traer al beneficiario ayudado por personas que supieron del caso y el empleado del Banco del Bienestar, amablemente acudió hasta el vehículo donde se encontraba el beneficiario, tomando ahí mismo sus datos biométricos para el trámite que necesitaba.

Dotados de una gran sensibilidad, los Empleados Federales con paciencia, amor y comprensión atienden a los “viejitos” a quienes aseguran, todos debemos respeto y consideración.