El conflicto en Medio Oriente ha generado volatilidad en los mercados financieros, con inversores tratando de evaluar rápidamente la situación. Inicialmente, la noticia de un presunto ataque de Israel a objetivos en Irán provocó una fuerte reacción en los mercados, aunque posteriormente se suavizó cuando funcionarios iraníes minimizaron el incidente. Esta situación ha generado una búsqueda de activos seguros, con un repunte en los bonos del Tesoro y una caída en el dólar. Sin embargo, se espera que la incertidumbre persista en los próximos días. Los principales índices de Wall Street están en camino de registrar pérdidas semanales, con el amplio S&P 500 en rumbo a una caída del 2.2%, marcando su tercera semana consecutiva en territorio negativo y la peor desde finales de octubre del año pasado. Las tensiones geopolíticas y la disminución de las expectativas de un recorte de tasas de interés por parte de la Reserva Federal en el corto plazo, han generado estos descensos. Varios funcionarios de la Fed, incluido el presidente Jerome Powell, advirtieron esta semana que las tasas permanecerán más altas por más tiempo debido a la persistente inflación. El presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, incluso sugirió que la Fed podría aumentar las tasas de interés este año si la inflación no se alivia como se espera, aunque aún prevé un recorte de tasas en 2024. Netflix enfrenta desafíos tras su decisión de dejar de divulgar dos métricas clave a los inversores a partir del primer trimestre de 2025. Esta sorpresiva medida ha generado preocupaciones sobre el mapeo del crecimiento futuro de la empresa y ha afectado el precio de sus acciones, a pesar de presentar impresionantes números de suscriptores en el primer trimestre. Los analistas advierten que la falta de transparencia en los datos financieros podría afectar la confianza de los inversores en la compañía. La temporada de reportes corporativos continua, con con gigantes del mercado como Tesla, General Electric y Meta Platforms programados para reportar la próxima semana. El peso mexicano experimentó su mayor caída en cuatro años frente al dólar, impulsado por el aumento de las tensiones en Medio Oriente y la aversión al riesgo de los inversores. Esta situación ha puesto de relieve la importancia del peso como uno de los activos favoritos en las operaciones de carry trade . La moneda azteca alcanzó niveles de hasta 18.15 en la noche, sin embargo se ha vuelto a colocar en niveles de 17.20 esta mañana. También, es importante mencionar que México está finalizando regulaciones destinadas a estimular el crecimiento del mercado bursátil, como parte de una reforma para reducir obstáculos para las empresas que buscan cotizar acciones y deuda en el país.