Poder de la calle

Por: Ing. Jesús Herrera Rábago

Esta semana Puerto Rico nos muestra, como lo han hecho otros países, que el slogan trillado del “pueblo unido jamás será vencido”, puede convertirse en realidad. Después de escándalos de corrupción en su gobierno y de filtrarse un chat en el cual el Gobernador Ricardo Rosselló hace comentarios homófobos y misóginos, lo cual fue la “gota que derramó el vaso” de la indignación del pueblo boricua.

Es cierto que las protestas fuertes se detonaron por la filtración dada a conocer por el Centro de Periodismo Investigativo, sin embargo, el problema fue creciendo, pues pocos días antes el FBI arrestó a dos exfuncionarios de Rosselló como parte de una investigación federal a dos exfuncionarios del área de Educación y Salud.

El pueblo respondió el lunes con una huelga general y la protesta multitudinaria de más de 500 mil personas. Como lo cita el periódico The New York Times: “en todas las esquinas de la isla, desde las montañas en el centro hasta la costa sur, los manifestantes pusieron el despertador para salir desde temprano el lunes 22 de julio. En algunos casos, salieron tan temprano que aún no amanecía”. El resultado fue contundente: lograron una de las manifestaciones más grandes de toda la historia de la Isla.

Así como Puerto Rico, ya existen otros casos donde el pueblo ha logrado sacar a sus gobernantes a través de la presión y el repudio social mayoritario. Y la pregunta obligada: ¿Y en México, hasta cuándo el pueblo logrará desterrar a los malos gobernantes de primer nivel?

Es muy triste ver que en México no pasa nada, la apatía y el desinterés gana, ¡Gobernadores van, gobernadores vienen! los cuáles cínicamente saquean a sus estados y se dan el lujo de terminar su mandato, y si tuvieron que renunciar fue por presión política, más que por las protestas del pueblo. Y lo peor, si llegaron a tocar la cárcel, en algunos meses salen con todo su dinero y propiedades intactas.

Como lo he expresada en este mismo espacio, nuestra estrategia, cuando nos damos cuenta de algo malo de un gobernante, es reprobarlo inmediatamente e inmediatamente hacer memes y chistes, o simplemente burlarnos del político en turno haciendo ver que es un “tonto”, cuando en realidad los tontos somos nosotros. Si no que se lo pregunten a Peña Nieto, que hoy tiene el descaro de burlarse del pueblo, mandando fotos o videos de sus fiestas, viajes o paseos con su nueva pareja.

Así la cosas, lo que hace falta es ejercer el “Poder de la calle”, ese activismo donde se deje atrás la apatía y el pueblo al ser convocado, salga a manifestarse de tal forma que los políticos tengan un serio temor y no terminen riéndose de nosotros.

Esta es mi opinión, usted tiene La Última Palabra.