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Con protocolo “Código Cerebro”, UMAE No. 25 del IMSS brinda atención inmediata a pacientes con infartos cerebrales

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Monterrey, N.L.- Con el propósito de brindar a la población derechohabiente una capacidad de respuesta rápida y efectiva a pacientes con infarto cerebral, la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital de Especialidades No. 25 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) implementó el programa “Código Cerebro”.

 

 

 

 

Este mecanismo, aplicado por la UMAE No. 25 desde hace 11 meses, incluye la coordinación eficiente por parte de los tres niveles de atención para la intervención farmacológica o quirúrgica inmediata ante eventos cerebrovasculares.

 

 

 

 

Un testimonio de éxito del “Código Cerebro” es la señora Dora Elvira Treviño González.

El 18 de abril, mientras dormía, la paciente sintió una parálisis y pérdida de fuerza en la mitad de su cuerpo, y fue auxiliada por un vecino.

Dora Elvira fue llevada al Hospital General de Zona (HGZ) No. 17 del IMSS en Monterrey, en donde se activó el “Código Cerebro”.

De ahí, la derechohabiente fue trasladada en ambulancia a la UMAE No. 25, donde el personal médico ya la esperaba para brindarle atención inmediata.

El personal de salud del Hospital de Especialidades No. 25 la recibió, la valoró e inmediatamente la ingresó a quirófano para realizarle una trombectomía o cateterismo cerebral (para extracción del coágulo).

Tras estar a punto de perder la vida, Dora Elvira tuvo una rápida recuperación y cuatro días después pudo regresar a su casa.

Hoy, a tres meses del evento, la paciente ya puede caminar; es nuevamente autosuficiente y, además, celebró sus 70 años el 7 de junio.

“Oro por usted para que siga teniendo esas manos mágicas que ayudan a personas a vivir”, expresó la paciente al neurocirujano Carlos Gerardo Seañez Prieto. “Agradecida por el resto de mi vida por la atención rápida y la calidad humana con que ven a los pacientes, el servicio que se presta es muy bonito, muy humanitario”, complementó.

Desde julio de 2022, un equipo multidisciplinario de salud en la UMAE No. 25 se mantiene alerta ante la posible activación del “Código Cerebro” por parte de las Unidades de Medicina Familiar (UMF) y los Hospitales Generales de Zona (HGZ) del Seguro Social en Nuevo León.

Una enfermedad cerebro vascular, o infarto cerebral, se presenta de manera súbita por la interrupción del flujo sanguíneo en una parte del cerebro, que amerita atención urgente por el alto riesgo de quedar con secuelas que producen discapacidad, o perder la vida.

De acuerdo con la jefa del servicio de Neurología y coordinadora del programa “Código Cerebro” en la UMAE No. 25, doctora Verónica García Talavera, los cinco grandes pasos para que la aplicación del protocolo tenga mayor probabilidad de éxito son: identificar, acudir, activar, valorar e intervenir.

El primer y más importante momento es la identificación de signos de alarma por parte del paciente o un familiar, que son: la desviación de la comisura labial, debilidad de la mitad del cuerpo, o la alteración en el habla.

Al menos con uno de esos síntomas, hay hasta un 72% de probabilidad de que se trate de un ataque cerebral; si se tienen dos de ellos, sube a más del 85%.

Una vez identificados los signos, se tiene que acudir de urgencia a la UMF o HGZ más cercano. Son los médicos de primer contacto quienes, cuando identifican a un paciente con inminente infarto cerebral, activan el “Código Cerebro”.

En ese momento se acciona la red integrada por médicos y directivos de las unidades de los tres niveles de atención del IMSS, y se envía al paciente a la UMAE No. 25.

Ya en esta unidad de alta especialidad, el equipo médico valora la condición del paciente y, en menos de 30 minutos, quedan listos los resultados de los estudios de imagen para determinar si el evento cerebral del paciente es una isquemia (obstrucción del vaso sanguíneo) o una hemorragia (ruptura del vaso sanguíneo).

Enseguida se decide si el tratamiento de reperfusión cerebral que habrá de practicarse será farmacológico o quirúrgico: una trombólisis (administración de medicamento en la vena para disolver el coágulo), o bien, una trombectomía o cateterismo cerebral (cirugía de extracción del coágulo).

Ambos procedimientos se realizan en la sala de hemodinamia; la trombólisis, en menos de cuatro horas y media, y la trombectomía en menos de seis horas, a partir de que sucede el evento cerebro vascular.

La trombectomía se lleva a cabo mediante dos dispositivos: el stent retriever (red de extracción) o el catéter de aspiración, con la introducción de una sonda que mide aproximadamente 140 centímetros de largo y que viaja desde la ingle hasta las arterias cerebrales, explicó Seañez Prieto, el neurocirujano y subespecialista en terapia endovascular neurológica que atendió a Dora Elvira.

Convencidos de que no hay que perder un solo minuto, porque el “tiempo es cerebro”, en la UMAE No. 25 se movilizan desde vigilantes, camilleros, personal de enfermería, radiólogos, urgenciólogos, internistas, intensivistas, neurólogos, neurocirujanos y demás especialidades involucradas, para recibir y atender de inmediato al paciente, detalló García Talavera.

El infarto cerebral es una enfermedad frecuente en la población, ya que, en promedio, una de cada cuatro personas sufrirá un evento vascular cerebral en su vida, generalmente personas mayores de 65 años, de las cuales un 60% son varones.

Se trata de una de las tres principales causas de muerte y la primera causa de discapacidad en el mundo.

No obstante, con el “Código Cerebro”, así como con terapia y rehabilitación, los pacientes pueden volver a su vida activa.

Los factores de riesgo para que se presente la enfermedad cerebral vascular son la hipertensión arterial, diabetes, dislipidemias (obstrucción de arterias por colesterol, triglicéridos en la sangre), tabaquismo y obesidad.

Los médicos enfatizan en que, si existe una atención oportuna, en ocho de cada 10 personas se pueden evitar secuelas y salvar su vida.