Santiago, N.L.-Una pareja de Santiago, Nuevo León, denunció ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos al DIF Capullos y DIF de Santiago, Nuevo León, al arrebatarles a sus tres hijas a una pareja de El Álamo.

Yulissa Salazar García, madre de las pequeñas, narró en entrevista con La Última Palabra, que el pasado 19 de junio su hija Roberta de siete años de edad se encontraba con su hermanita jugando en una alberca de plástico en su hogar, cuando al salir resbaló y sufrió un raspón en el rostro, que no hubo necesidad de ser atendido en alguna clínica al ser muy superficial el golpe.

Sin embargo, la pequeña quien cursa el primer grado de primaria en la escuela “Profesor Juan Rodríguez”, fue presionada por una maestra para que dijera que su padre la había golpeado, cuando la niña dijo desde un inicio que se había caído.

Sergio Eduardo Benavidez Rivera, padrastro de la menor, acudió al llamado y la pequeña le pedía perdón por haber dicho mentiras, mientras se abrazaba a su pierna.

Poco después, con lujo de violencia arribó un sujeto del DIF que allanó su domicilio, sin mediar con ninguna notificación u orden para trasladar a las niñas a un dictamen; para enseguida arrebatárselas con ayuda de la policía municipal y llevarlas al DIF Capullos, esto a pesar de que entre las pequeñas, una apenas tiene dos meses de edad y requiere ser amamantada.

En Capullos, pusieron mil trabas y le impedían a la madre amamantar a su bebita de nombre Renata, quien junto con su hermanita Regina de tres años, no tenían tampoco vestigios de haber sufrido alguna agresión.

En una de las visitas en Capullos, encontraron a una de sus hijas con una cortada en un párpado y una lesión en su boca, y quien junto con su hermana de tres años presentaban moretones en los brazos y les narraban a sus padres que seguido les sacaban sangre y al ser encaradas por estos hechos, una funcionaria de Capullos de nombre Sandra Gómez, la amenazó y amedrentó para que firmara una carta donde desligaba a Capullos de cualquier lesión, y que si no lo hacía, les quitarían en definitiva a sus hijas para darlas en adopción y nunca más las verían.

Poco después de estos hechos, el padre al visitar a su bebita de dos meses de nacida, prácticamente tuvo que resucitarla en dos ocasiones gracias a sus conocimientos como enfermero, ya que la pequeña presentaba falta de oxigenación al tener dificultades para respirar.

Al estabilizar a la niña, prácticamente fueron corridos de Capullos diciendo que la niña estaba bien; sin embargo, en la noche les avisaron de la misma institución que la pequeña era trasladada grave e intubada al hospital materno-Infantil.

Por estas graves fallas de Capullos en la custodia de las menores, dicha institución ya enfrenta una denuncia ante Derechos Humanos y otra legal de parte de un abogado de la familia, así como el arbitrario y abusivo DIF de Santiago, quienes amedrentaron y arrebataron sus hijas a una familia, las cuales han sufrido más golpes, abusos y descuidos dentro de Capullos que por el simple raspón accidental por el que fue acusada la pareja.