Por: Dr. José Ascensión Tijerina Flores

La fiesta brava es una herencia de nuestros antepasados españoles, tradición que se conserva en nuestra ciudad de Cadereyta Jiménez hasta nuestros días.
Cronistas del pasado se dieron a la tarea de investigar los orígenes de este movimiento histórico y distintivo de esta ciudad que fuera iniciado a partir de 1849, aunque existen algunas evidencias que nos señalan que desde 1838 ya se toreaban algunas reses bravas en algunos ranchos o corrales de la región.
En nuestro archivo histórico municipal se encuentran menciones detalladas de una solicitud que presentaron distinguidos Jimenences encabezados por Don Agapito García Dávila y sus hermanos Eduardo y Casimiro, proponiendo al Alcalde y Cabildo la construcción de una plaza de toros en esta ciudad. Luego de aceptar la petición se procedió a nombrar una comisión encabezada por los hermanos antes mencionados sumándose a ellos el propio Alcalde Don Guadalupe Sada.
Los integrantes de aquella comisión sería: Francisco Tijerina, Aurelio Serrano Delgado, Ambrosio García, Pedro Cantú, Francisco Garza Treviño, Rafael Treviño Garza, Jesús María Lozano y el Ayuntamiento en Pleno que encabezaba Don Guadalupe Sada.
1853 fue el año en que se iniciaron los festejos de manera rústica y sencilla con ganado de la hacienda Mexiquito propiedad de los hermanos García Dávila y traídos a la plaza arreados por tierra con vaqueros voluntarios de la localidad.
Otras referencias señalan que sería hasta el año siguiente cuando iniciaron los festejos en aquel lugar. Pero pese a estas hipótesis para inicios del siglo XX la afición local y de la región ya habían convertido a Cadereyta y su plaza de toros en un importante coso taurino de prestigio.
En sus inicios, la construcción se llevó a cabo con materiales de la región: Sillares, piedra, palizadas o carrizos serian la materia prima con que se construyó en su primera etapa.
Con el paso del tiempo fue cambiando su estructura y pasando a mano de particulares y junta de mejoras respectivamente, la plaza adquirió la imagen de una construcción firme, elegante y señorial que le da un toque sevillano con cierta similitud a los cosos españoles.
Grandes figuras del toreo nacional e internacional han hecho el paseíllo en su ruedo al son de las notas del “Cielo Andaluz”, clásico paso doble que da apertura a la puerta del callejón de cuadrillas.
Heriberto García, los hermanos Luis y Félix Briones, Conchita Cintrón (primera mujer torera a pie y a caballo) Luis Procuna, Luis Castro “El Soldado”, José Huerta, Mariano Ramos, Carlos Arruza, y posteriormente toreros de más actualidad como David Silveti, Manolo Martínez, Eloy Cavazos y los rejoneadores del momento; Pablo Hermoso de Mendoza y Andy Cartagena.
Con mención especial nuestros toreros Jimences: Arturo Tamez (De quien se decía que no llegó a la cima porque no quiso) Enrique Garza, Jorge Cantú “El Gallo (+)” , Joselito Ruiz, Alberto y Enrique Espinoza “Los Cuates” por mencionar solo algunos que dan lustre al nombre de Cadereyta en las diversas plazas de toros de México.
Este es un breve resumen de los inicios de la fiesta brava en Cadereyta, pues resulta complicado “crónicar” la totalidad de datos que existen al respecto en tan poco espacio.
Que sirva esta narración para conocer los pormenores de los inicios de esta tradición que le ha dado a Cadereyta el mote de “TIERRA DE TOREROS”
Gracias