Llegan a Juárez “Los Team Flyers”, cinco alumnos de secundaria que ganaron el campeonato mundial de Robótica en Sydney, Australia.

Miguel Oscar Pérez
CD. BENITO JUÁREZ, N.L.-
Eran las 9:20 de la mañana del miércoles 10 de julio, cuando la aeronave aterrizaba en el aeropuerto Mariano Escobedo, mientras abajo en la sala de espera, el colorido de los globos, flores pancartas, mantas de los familiares, contrastaba con el color verde y sobrio de la banda de guerra, en la espera de la llegada de los “Team Flyers”.
El cansado viaje de Sydney-Vancouver-CDMX, parecía no hacer mella en Diego Aimar Maldonado Acevedo, José Antonio Coronado Luna, Camila Ramírez Pantoja y Aracely Leticia Miranda Cruz, quienes sonrientes arribaron al aeropuerto Mariano Escobedo, al lado de la directora Yolanda Hernández Gómez y la maestra y couch del equipo Verónica de Jesús Moya Garza.
Al aparecer en la puerta estallaron las porras y vivas para los campeones del mundo en la edición 2019 de RoboCup que este año se celebró en Sydney, Australia.
Orgullosa la directora llevaba en sus manos el preciado trofeo que fue ganado a más de 70 países que fueron representados en esa justa mundial.
Los estudiantes del turno matutino de la secundaria número 2, Fórum Universal de las Culturas 2007, lograron su importante triunfo sobre Rusia, Japón, China y otras naciones destacadas por sus avances en tecnología.
Su presentación fue un avión inteligente que conquistó al jurado, quien deliberó a favor de los humildes estudiantes de clase media baja de la colonia Portal de Juárez, quienes se coronaron campeones del mundo en la histórica competencia.
La directora en entrevista hacía referencia a que el merecido triunfo de los jóvenes estudiantes que acaban de graduarse de la secundaria y que compitieron en la justa desde el 2 al ocho de julio en el lejano país al otro lado del mundo, debido a que los jóvenes juarenses compitieron contra prestigiados colegios particulares y privados de naciones muy fuertes en tecnología.
¡Si se pudo!, gritaban los familiares, mientras abrazaban a sus hijos y brincaban con las pancartas, mientras la banda de guerra del plantel hacía una respetuosa valla para el paso de los campeones mundiales que pusieron en alto no solo el nombre de Juárez, Nuevo León, sino de México entero.