Nacional
Se desborda la crisis en el tribunal electoral
La máxima instancia electoral del país está en crisis, luego de que tres de los cinco magistrados que integran actualmente la sala superior rompieron con el magistrado presidente, Reyes Rodríguez Mondragón, y le exigieron su renuncia inmediata, al expresarle que le perdieron la confianza y ya no tiene liderazgo ni gobernabilidad.
Como si se tratara de una maldición, o de confirmar el refrán quien a hierro mata, a hierro muere, otra vez la cúpula del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) se convirtió en vorágine por la furia de unos contra otros. Si en agosto de 2021 se orilló a José Luis Vargas a dejar la presidencia, presionado por sus pares, quienes con el tiempo no sólo le endilgaron el mote de el magistrado billetes, por estar involucrado en supuestos casos de corrupción, sino que lo relegaron en las sesiones, ahora la embestida fue contra Rodríguez, quien hasta anoche se resistía a dejar el cargo, al cual llegó tras la caída de uno de sus colegas.
Ayer seguía en el cargo y, por tanto, como el gran conductor jurisdiccional del proceso electoral en curso.
La marea empezó a subir desde el 31 de octubre pasado, con el término de gestión de Vargas y de Indalfer Infante, pues la sala superior opera desde entonces con cinco de siete magistrados; toca al Senado cubrir las vacantes de este importante órgano que en septiembre próximo deberá calificar nada más y nada menos que la elección presidencial.
En días recientes todavía se guardaban las formas, pero en un hecho sin precedente la ruptura se hizo pública el lunes pasado, cuando los magistrados Mónica Soto, Felipe de la Mata y Felipe Fuentes no asistieron al informe de labores de Reyes Rodríguez y, sin recato, a la hora del evento publicaron una foto de ellos tres en un restaurante. El desaire abrió toda clase de rumores que fueron confirmados ayer de voz de los protagonistas.
A saber: minutos antes de la sesión del miércoles, los tres opositores pidieron la renuncia a Rodríguez, por supuestas diferencias en la conducción administrativa, como meter despachos privados a la vida del tribunal; la gota que derramó el vaso fue que pidió la intervención de la Suprema Corte de Justicia para que ayudara a zanjar la crisis.
Desde el miércoles, el magistrado les pidió tiempo, pero sus detractores no se lo concedieron y prácticamente lo obligaron a convocar a sesión pública ayer por la tarde.
Antes de eso, unos y otros negaban que en el TEPJF hubiera crisis o un sismo –como el de ayer en CDMX– aunque dejaron entrever –en inusuales y comedidas declaraciones a la prensa– que lo que buscaban era el relevo en la presidencia del órgano electoral.
Ya en la tensa sesión, Fuentes solicitó agregar el punto de la renuncia, pero Reyes Rodríguez volvió a pedir más tiempo, esta vez en público, y se comprometió a contestar el lunes 11.
Inconformes, los tres pidieron un receso y el magistrado presidente lo autorizó por 15 minutos, quizá con la esperanza de que le concederían la prórroga, pero atrás, en una salita privada, aquel se levantó de la mesa, lo cual fue calificado por sus detractores como huida.
Pasados los 15 minutos volvieron al salón Soto, De la Mata y Fuentes, pero ya en plan de desahogo frente a la opinión pública, pues la ausencia de Reyes y de Janine Otálora les rompió el quorum.
Es como en una partida de ajedrez, cuando te ves perdido, tiras las piezas, acusó Soto.
Más tarde, Otálora dio otra versión a través de su cuenta de X: Por respeto a la institución y a mi mandato como jueza constitucional, me retiré de la sesión al no haber condiciones para dialogar. Confío en que las magistraturas estarán a la altura que requiere un país con dinámicas democráticas. Reitero: la democracia necesita demócratas.
En la sesión de purga, cual noche de los cuchillos largos, Rodríguez Mondragón, en el tono pausado que lo caracteriza, advirtió a sus colegas que la herencia de esta integración no puede ser la discordia, no puede ser el debilitamiento de una institución fundamental para la democracia mexicana.
Y tras el receso y la huida, los tres opositores fijaron su posición y, exaltados, muy molestos, dijeron de todo al magistrado presidente: que le perdieron la confianza, que ha hecho un mal gobierno, que es irresponsable y traidor.
Fuentes, todavía cuidando las formas, expuso que la renuncia era necesaria precisamente para no generar incertidumbre en la administración de la justicia electoral, y que urgía, para dar certeza, un nuevo liderazgo.
Así, los propios jueces electorales sentenciaron a su colega, al manifestarle, con la fuerza de esta nueva mayoría, que no tiene forma de conducir el tribunal sin apoyo de ellos. Nada más les faltó decirle que se quedó casi solo, como Vargas, quien sólo tenía el apoyo de Soto.
De la Mata le dio el portazo: “Hoy el presidente de este tribunal no tiene gobernabilidad; una mayoría rechaza su liderazgo, hemos perdido la confianza al magistrado Reyes para dirigir este pleno.
Tiene una falta evidente de capacidad para unir este pleno y liderarlo… Debe renunciar, no genera unidad, carece de liderazgo.
Y pese al alud de acusaciones, aseguró que las elecciones no están en riesgo.
Fuente: la jornada
Créditos foto: la jornada