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Bancarrota
Por: Ing. Jesús Herrera Rábago
Más de una ocasión, en este espacio, les he mencionado que la economía del país, aún y todas las variables complejas que se manejan, es en el fondo, como la economía de una familia. Al final de cuentas se reduce a lo que ingresa y lo que se gasta.
Si una familia gasta más de lo que gana, tarde que temprano quedará endeudado. Peor aún cuando lo gasta de manera superflua en cosas que no son estrictamente necesarias, como por ejemplo, viajes, fiestas o ciertos lujos que no se pueden dar pero a costa de endeudarse lo realizan.
El final de esas historias lo conocemos, ya nadie les quiere dar crédito y terminan empeñando las pocas cosas que tienen para sobrevivir. El problema es cuando estando en esa situación viene un problema serio de salud o algún accidente, es triste pero ya no tienen a dónde recurrir.
Caso parecido nos ha sucedido como nación, cuando tuvimos ingresos petroleros extras se fueron a gasto corriente y otra gran porción a los bolsillos de muchos funcionarios corruptos. No por algo alguien llamó a ese momento que se vivió, principalmente en el sexenio de Vicente Fox, la “borrachera petrolera”.
Nadie pensó en que eso no sería eterno, y cuando el precio del petróleo se desplomó volvimos a la realidad. Para salir adelante hubo que volver a endeudarnos, cuestión que tarde que temprano ya no funciona pues se va perdiendo la capacidad crediticia y se tiene que dejar “empeñado” dinero en garantías, lo cual dificulta el accionar del gobierno.
Para darnos cuenta de esta situación basta ver lo que pasó en Nuevo León, durante dos sexenios se derrochó dinero a manos llenas, quizá algo quedó en algunas obras, pero mucho se fue en gasto corriente y corrupción descarada.
Por ello, en este sexenio algo que en otro tiempo parecía tan fácil, como comprar los vagones de la línea 3, no se ha podido realizar, porque ya no fue posible contraer más deuda. Hasta ahora que el gobierno estatal logró sanear un poco sus finanzas, puede lograr un crédito.
¡Cómo es posible que el Estado más pujante de México haya llegado a esta triste situación de “bancarrota”! La respuesta es lógica: gastó más de lo que ingresó, derrochó y se endeudó hasta el “copete”.
Por lo mismo, no me suena extraño que Andrés Manuel López Obrador haya dicho que México está en “Bancarrota”. Obvio que el significado más conocido hace referencia a una “quiebra de una empresa”, por ello muchos salen a decir que no es cierto. Pero si ponemos atención, esta palabra significa, según el diccionario de la Real Academia, “hundimiento o descrédito de un sistema o doctrina”.
Así las cosas, efectivamente estamos en bancarrota como país, pues ya estamos en un “des-crédito”, ya no es tan fácil que nos den crédito, no podemos endeudarnos más y, por lo mismo, habrá que apretarse el cinturón varios años.
Esta es mi opinión. Usted tiene la Última Palabra.