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“Reseteada”
Por: Ing. Jesús Herrera Rábago
Dice la sabiduría popular que “la esperanza muere al último”, desgraciadamente para José Narro, aspirante a la dirigencia nacional del PRI, murió antes y en esta semana decidió no sólo no participar en la contienda por la presidencia de su partido, sino también renunciar a sus 46 años de militancia.
Quizá pesó más el refrán que dice: “Genio y figura, hasta la sepultura”, pues el Partido Revolucionario Institucional, a pesar de tantas promesas de cambiar, sigue manifestando las mismas prácticas y posturas.
En un video explica sus argumentos: “Existe un preferido de la cúpula del PRI, el candidato oficial de los gobernadores y de quien fue, hasta recientemente, el jefe político del partido”. Sinceramente no descubrió el hilo negro, ni mucho menos es una nueva práctica, y no creo que en 46 años no se haya podido percatar que así es la idiosincrasia del partido tricolor.
Obviamente que no deja de ser un golpe fuerte para este partido, pues José Narro no es como el común de los políticos, en primer lugar se distingue como un académico sobresaliente, además de su estudios de posgrado en Inglaterra, ha recibido 10 doctorados Honoris Causa, de los cuales la mitad son de universidades extranjeras como La Universidad de Birmingham, Reino Unido; la universidad de Santiago de Chile; la de Salamanca y la Universidad de la Habana.
Fue rector de la máxima casa de estudios de nuestro país, la UNAM, donde tuvo un buen desempeño sin grandes sobresaltos en su rectorado. Peña Nieto lo nombró Secretario de Salud donde también realizó buen trabajo poniendo su sello al consolidar avances epidemiológicos importantes.
Sin embargo, lo más importante es que no es un tipo que este metido en escándalos, sobre todo de corrupción. Su trayectoria, en general es limpia, además de presentarse como un tipo pensante. Desgraciadamente, eso no contó y volvieron a las mismas prácticas de imposición, de negociaciones entre los gobernadores de acuerdo a sus conveniencias.
Como solemos decir: “no les cayó el veinte” después de la vapuleada en las pasadas elecciones, no se han dado cuenta que necesitan hacer cosas diferentes, o usando el lenguaje informático, requieren una buena “reseteada”.
Más triste resulta para los priistas no haber aprendido después de tener una segunda oportunidad en el 2012, cuando volvieron a ganar la Presidencia; pareciera que creen que eso volverá a suceder, cosa que no creo sea tan fácil.
Así las cosas, me parece existe el riesgo que la oposición se diluya pues no saben qué hacer, ni cómo comportarse como una oposición inteligente: que ni se rinda a los pies del Presidente, pero tampoco se comporte como niños berrinchudos. La esperanza es que faltan varios años y esperemos rectifiquen el rumbo.
Esta es mi opinión, usted tiene La Última Palabra.