Alberca

Por: Ing. Jesús Herrera Rábago

Este próximo lunes se celebrará el primer año del TRIUNFO de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones. Intencionalmente señalo con mayúsculas lo que se celebra, pues llama mi atención que le quieran dar tintes de evaluación del primer año de Gobierno, el cual se cumple hasta el 1 de diciembre.
Es claro que muchos grupos de poder y sobre todo, los partidos políticos que se han visto afectados con las acciones que el nuevo Gobierno ha lanzado, están molestos y desesperados, y eso le provoca la ansiedad de evaluar todo inmediatamente, sin esperar y dar tiempo para ver los resultados.
No quiero decir con lo anterior, que todas las acciones o estrategias del nuevo Gobierno vayan a funcionar o tener resultados positivos, lo que recalco es que me parece absurda la actitud de crítica y de reproche inmediato que asumen quienes ven afectados sus intereses.
Ahora bien, es de esperarse la reacción pues simplemente les está cerrando la llave a muchos que se servían con la cuchara grande, y me refiero a políticos y grupos de poder económico. Es fácil imaginar cómo están de molestos por ejemplo, todos los que vendían facturas a diestra y siniestra con el aval de los funcionarios de la Secretaría de Hacienda.
Hasta el 16 de este mes la Secretaría de Hacienda había detectado más de ocho mil Empresas que Facturan Operaciones Simuladas (EFOS) en el país, lo que representa una pérdida para el fisco de 354 mil millones de pesos. Y al parecer, esto es una pequeña muestra del total de las que existen en nuestro país.
Por otra parte, la oposición ya debió haber aprendido que no es buena estrategia salir inmediatamente a criticar y atacar, pues les puede pasar como en el tema del huachicol, al final el Gobierno salió bien librado pues la estrategia al final funcionó y en general, fue bien vista por la ciudadanía.
Por otro lado, es entendible que el primer año o quizá más, sea para poner orden y frenar las grandes fugas debido a la corrupción. Seguir ejerciendo el presupuesto sin ese control, es como querer llenar una alberca que tiene grandes grietas, por más que le eches agua no se va llenar, y lo peor el agua se perderá.
Así las cosas, tapar las grietas de la corrupción va ser una labor titánica, pero muy necesaria, y es de esperarse que quienes ven afectados sus intereses se vengan con todo. El tiempo dirá quién sale victorioso, aunque para el bien del país, esperemos que AMLO pueda lograrlo.
Esta es mi opinión, usted tiene La Última Palabra.