Ley antifacturera

Por: Ing. Jesús Herrera Rábago

Esta semana se aprobó la llamada “ley antifacturera”, que realmente no es una ley como tal sino varias reformas que modifican: La Ley Federal contra la Delincuencia Organizada; Ley de Seguridad Nacional, así como también el Código Nacional de Procedimientos Penales, el Código Fiscal de la Federación y el Código Penal Federal.
El tema central es que dichas reformas equiparan la defraudación fiscal y la facturación fantasma como delincuencia organizada. Los delitos que se persiguen serían tres: compra-venta de facturas, defraudación fiscal y defraudación equiparada.
Es importante aclarar que implica o que condicionantes se deben cumplir para que se aplique el castigo que esta reforma indica. Se necesita:
• Que haya intención o dolo. Se debe de probar que el contribuyente intencionalmente recurrió a documentos falsos para obtener devoluciones de impuestos. Además que no tiene registro contables, mete datos falsos para compensar y omite enterar retenciones.
• Tiene que ser por 7.8 millones o más en el caso de facturación fantasma o quien evada al fisco lo mismo.
• Se tiene que demostrar, para ser catalogada como delincuencia organizada, que se demuestre la actividad criminal permanente o reiterada de 3 o más personas.
• Para este caso, antes de ser declarado culpable, puede el juez indicar prisión preventiva, de tal forma que los acusados irán a prisión en lo que se resuelve el caso.
• El castigo va de 4 a 16 años de prisión. En el caso de evasión fiscal básica, por una defraudación de cualquier monto, la pena por prisión va sólo de 2 a 9 meses de cárcel y no hay prisión preventiva.
En general existe unanimidad que la venta de facturas falsas sea catalogada como delincuencia organizada, pues en términos reales es un robo que se hace a la hacienda pública a través de un engaño.
Sin embargo, donde muchos cuestionan que sea declarado Delincuencia organizada es en los otros dos temas de defraudación fiscal antes mencionados, se acusa que es una herramienta de presión o como se le llama “terrorismo fiscal”. El temor es a que sea utilizado como medio de presión por parte de las autoridades, o en otros casos se puedan fabricar casos para dañar a alguien.
Así las cosas, sé que es un tema muy polémico y quisiera dejarlo como un tema meramente informativo para que cada quien tome las consideraciones que juzgue oportunas. Al fin de cuentas como dice el adagio latino “dura lex sed lex”, dura le ley, pero es ley.
Esta es mi opinión, usted tiene La Última Palabra.