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Por: Ing. Jesús Herrera Rábago

El tema de esta semana no podría ser otro más que el asilo político que el Gobierno Mexicano dio al expresidente de Bolivia Evo Morales. Tema controvertido que polariza las posturas al máximo, hay desde quienes le dan la bienvenida y están dispuestos a ayudarlo económicamente, hasta quienes se desgarran las vestiduras, y piden correrlo.

Independientemente de las circunstancias y de quien tiene razón en Bolivia, lo cierto es que la acción realizada por el Gobierno Mexicano es legal, está amparada en nuestra Constitución y ha sido una práctica común de los gobiernos mexicanos.

El artículo 11 de la Constitución es claro: “Toda persona tiene derecho a buscar y recibir asilo. El reconocimiento de la condición de refugiado y el otorgamiento de asilo político, se realizarán de conformidad con los tratados internacionales”. Además de que la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político, en su artículo dos precisa que éste se otorga: “Por motivos o delitos de carácter político o por aquellos delitos del fuero común que tengan conexión con motivos políticos, cuya vida, libertad o seguridad se encuentre en peligro”.

La conclusión, como lo han señalado expertos, es que jurídicamente está bien otorgado y plenamente justificado por la situación de riesgo político que vivía el exmandatario, pues fue agredida su casa y había claros intentos de linchamiento.

Dado que no hay impedimento legal, entonces el Presidente tenía todas las facultades para hacerlo. Y es aquí donde otra vez el Andrés Manuel vuelve a mandar el mensaje que, desde la cancelación del aeropuerto, manifestó: que él toma las decisiones y no se va dejar presionar. El hecho que él mismo haya salido a decir que fue orden expresa de él, deja más que claro lo que menciono, en palabras sencillas,  aprovechó otra oportunidad para decir: “Aquí el Presidente manda”.

De manera indirecta, políticamente le sirve para mostrar cierta distancia con el Presidente Trump, pues con el tema de la inmigración dejó la impresión de que fue obligado. Al dar asilo a Evo, con quien no comulga el mandatario estadounidense, manda cierto mensaje de no sometimiento total. Además que sabe que no puede ser atacado por el gobierno norteamericano pues es un tema humanitario.

Por otro lado, Andrés Manuel queda muy bien ante la opinión internacional pues es un tema sensible que nadie se atreverá a condenar, además, de estar apoyado en una tradición mexicana que nos ha ganado el respeto y la admiración en el mundo entero. El haber recibido refugiados de diferentes partes del mundo, en diferente épocas, considero nos ha ganado el cariño en otras latitudes  que se reflejan en la manera como nos tratan a los mexicanos cuando salimos al extranjero.

Así las cosas, la política es de oportunidades, y AMLO aprovechó a su favor la difícil situación que pasa Bolivia para seguir mandando el mensaje de un Gobierno Firme. Que nos guste o no, esa es otra cuestión que el pueblo de México tendrá oportunidad de manifestar en tres años en el proceso de revocación de mandato. Ahí veremos si su manera de gobernar le funcionó.

Esta es mi opinión, usted tiene La Última Palabra.

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