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Seguir caminando

Por: Ing. Jesús Herrera Rábago

Es muy común que muchísimas empresas, de acuerdo a su planeación estratégica, establezcan su filosofía a través de la misión y visión, la primera indica la definición del tipo de negocio; es decir, a qué cliente se quiere satisfacer, qué necesidad y con qué tecnología. La visión indica hacia dónde se quiere dirigir, cómo se visualiza en el futuro, es un faro en la distancia que indica a dónde debe transitar la empresa.
La mayoría de especialistas siempre sugieren que la visión no sea limitada, sino que apunte a lo más alto, que sea amplia y quizá hasta suene o sea inalcanzable. La razón de ello es porque esto permite nunca dejar de trabajar para lograrlo.
En esta semana el Presidente de la República lanzó su libro titulado: “Hacia una economía moral”, que no es otra cosa que recapitular los puntos que ha venido repitiendo desde su campaña. Es el ideario para lograr lo que él ha denominado una “República amorosa” y que tiene su base en una “nueva forma de hacer política”.
Los temas ya los conocemos, pues desde su campaña los ha venido mencionando, se resumen en: cero corrupción, austeridad republicana, democracia participativa, separación del poder político y poder económico, hacia una democracia participativa, política exterior y solución de raíz al fenómeno migratorio, el Estado como promotor del desarrollo, etc.
Es obvio que de entrada suena a una lista de buenos deseos o intenciones nobles, o dicho de forma más técnica, parecer ser una “utopía”, en los dos significados que indica la Real Academia para este término: “Plan, proyecto, doctrina o sistema deseables que parecen de muy difícil realización”, o “Representación imaginativa de una sociedad futura de características favorecedoras del bien humano”.
Lógicamente la duda y el escepticismo brota inmediatamente en la mente de cualquier mexicano, inclusive no dudo que alguien se burle de lo ahí descrito, y la razón es por todo lo que nos ha tocado ver y vivir, lo cual realmente dista muchísimo de lo planteado por el Presidente.
Sin embargo, es válido que haga este tipo de declaraciones, primero porque es algo diferente a lo que siempre hemos escuchado, segundo, porque, así como las empresas tienen que dejar claro cuál es su visión, el Presidente tiene que plasmar y repetir continuamente a lo que apunta su Gobierno, para que primero lo entienda su equipo de trabajo y después, también vaya permeando en la ciudadanía.
Es cierto, que la Visión no basta, se necesita tener la misión clara para ir haciendo todo lo necesario para encaminarse y llegar o acercarse al estado que indica la visión. Junto con ello habrá que tener la gente idónea para lograrlo.
Así las cosas, como Visión el libro de AMLO está bien pues aunque nos suene a una simple utopía, no hay que olvidar lo que decía el escritor Uruguayo Eduardo Galeno: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para seguir caminando”.
Esta es mi opinión, usted tiene La Última Palabra.

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